"CÓMPLICES". BENITO TAIBO

 ¡Hola lectores!

Recordando a Benito Taibo, hago esta precisión, dedicó Persona Normal a los libros y Cómplices a los lectores, así que este libro es para ustedes.

Cómplices

Benito Taibo

En lo personal quiero contarles que los libros, me dieron una oportunidad más, pareciera chiste, pero los libros me sacaron de esa profundidad en la que me estaba sumergiendo y ante esta pandemia descubrimos muchas cosas que no conocíamos de nosotros mismos, por ello muchas veces buscamos salidas o respuestas; yo la encontré en los libros. 

Realmente somos lo que leemos, somos los que ciertas frases o palabras nos llegaron al alma, nos hicieron estremecer, nos hicieron ver el mundo con otros ojos y que son ahora nuestra columna vertebral.

En este libro vamos a encontrar varias voces, voces como la de él, la de ella, la de ustedes, la de ellos, voces que nos cuentan su historia para llegar a ser lectores o como lectores. Cómplices en la mayor y más grande de todas las aventuras: LEER.

Aquí podemos encontrar el mundo de él, que vive en una fantasía constante.

En él podemos descubrir a un lector que ya no puede no mezclar los libros con su vida real, todo gira en torno a las millones de aventuras en las que ha estado, ahí en sus libros. Nuevamente Benito nos hace la invitación a leer libros como “El señor de las moscas” de William Golding, Los Miserables de Víctor Hugo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? De Philip K. Dick, El nombre de la Rosa de Umberto Eco, Tormenta de espadas, de George R. R. Martín, entre otros, él descubre al final algo muy importante que ustedes deber descubrir leyéndolo.

También encontramos a Yo, el personaje eje de esta obra, su nombre es Julián, él nos narra cómo le costó leer, como se rehusaba ya que los maestros lo “obligaban” a leer libros que no entendía para nada, dice que leer un libro es un reto no una atracción, cierto día por una enfermedad cae en cama y ve ese libro de aquel escritor ruso León Tolstoi y del que debe hacer un resumen, no lo leerá, pero cierto día encontró un libro diferente era uno de Sherlock Holmes, lo lee y está dispuesto a llegar al fondo del asunto, encontrando quién dejo ahí ese libro.

Julián encontró su libro, aquél que lo llevaría a una vida sin igual.

Algo muy curioso y que sucede en la vida real es como los maestros castigan a los alumnos mandándolos a la biblioteca, que gran error hemos cometido por años y años. La lectura obligada no ayuda en nada. 

Yo considero qué esta parte del libro nos deja una gran lección: Leer no es una competencia, se hace por placer, cada quien, a su ritmo, cada quien con sus gustos, jamás debemos olvidar porqué leemos, no perder el rumbo, los libros son significados y llegan cuando tienen que llegar.

Aquí también aparece Ella, Isabel, una chica un poco robusta que ya no cree en los cuentos de hadas, ella quiere encontrar un libro de mujeres como ella, de las que no acaban mal, de las que cambien al mundo. 

En su interminable búsqueda de ser aceptada, descubre algo más importante, la palabra eudemonia (Estado de satisfacción debido generalmente a la situación de uno mismo en la vida) y está dispuesta a ser así.

También están Otros en esta historia, donde podemos encontrar accidentes de adolescentes irresponsables, que piensan que vivir de fiesta es lo más cool, adolescentes que no han encontrado “su libro”.

Historias como la de un poeta que se enamora. 

La historia de dos amigos alemanes, uno de ellos judío que tiene que huir junto con su abuelo ante la amenaza de Hitler, historia donde se queman todos sus libros. 

La historia de un chico a la que Odisea, le salva la vida, literalmente.

Una historia que amé, es la historia de Lila y Mario, Mario está en coma y Lila le lee todos los días, dos horas, confía en que gracias al cobijo de las palabras él volverá. 

También está la historia de un sobreviviente. 

La historia de Laura y Jorge que llevan los libros a Tijuana. Y aquí rescato frases que me gustaron mucho:

“Frente a la violencia y la impunidad, el libro es una herramienta indispensable para transformar a la sociedad, para darle un rumbo nuevo”. “Los libros no pueden cambiar al mundo, pero, sin duda, cambian al niño que puede cambiar al mundo”.

Historias de nosotros, los lectores, que sabemos y estamos seguros que nada puede salir mal.

Algo que recalcó y en lo que coincido con Benito Taibo es en que: “Antes de ser un país de lectores necesitamos un país de justicia”. Y en que la mejor presentación de un libro debe ser corta, ustedes deben descubrir por sí mismos el significado de los libros.

Yo espero que estas historias, junto con la suya, sean la historia de un lector que encontró sus respuestas y su camino en los libros. 

Recuerden leer es resistir, aquél que lee verá al mundo con otros ojos y será capaz de meterse en otros cuerpos, en otras vidas, de transformar su entorno inmediato, al niño, a la niña, al hombre, a la mujer que quiera cambiar al mundo. Este fue Benito Taibo.

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