QUERIDO PÁJARO.

 ¡Hola lectores! 

Este mes recomendaré libros de una fabulosa escritora: María Baranda.

Y qué mejor que empezar con

“Querido Pájaro” 

de Ediciones el Naranjo, con ilustraciones de Elizabeth Builes.

María Baranda es una poetisa, narradora y traductora. Ganó el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 1995 por su obra Los memoriosos. Fue embajadora de Embajadora de la Literatura Infantil y Juvenil de la FILIJ 2017.

Formó parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en sus programas Jóvenes Creadores (poesía) en 1990 y 1995; y del FONCA/Rockefeller (ensayo) en 1997. ​ Ha recibido los premios Efraín Huerta en 1995, ​ Francisco de Quevedo en 1998, el Nacional de Poesía Aguascalientes en 2003​ y el Sabines-Gatien Lapointe en 2015.

Sus libros se han publicado en Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y China, y sus poemas han sido traducidos a varios idiomas. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

 

Elizabeth Builes.

Nació en Medellín en 1987. Es una ilustradora que se desempeña exitosamente tanto en la ilustración editorial como en la científica, y que muy a menudo se sumerge en el mar, el río, las piscinas. Es de las iluminadas que ha experimentado la sensación de plenitud que da el agua toda vez que regresamos a ella.

En este Relato conocemos a Mateo, un niño que adora a su abuelo, quien le ha enseñado a guardar tesoros (ramas de árboles, tapas de botella, piedras, etc.)

Y, ¿quién no? de niña recuerdo juntar toda clase de objetos que encontraba en la escuela o en casa, supongo que los perdí, no recuerdo donde los dejé.

Mateo pensaba en todo lo que su abuelo le decía y algo interesante para él fue escuchar el silencio. Al principio fue difícil, pero después descubrió que el silencio podía conducirlo a un lugar inimaginable.

Cierto día, estando en el patio de su casa, a los pies de Mateo cayó un pájaro, dio el último suspiro. Sabía que algo distinto había pasado.

Todos sus tesoros se convirtieron en algo importante en ese momento, ya que cada uno sirvió de algo al enterrar al ave.

Esta historia surge a partir de esto que le ocurrió a Baranda: “Hace poco, en la calle, escuché un silbido extraño. Era como si el aire llorara. De pronto vi caer en picada a un pájaro negro. Cayó delante mío. Mi sorpresa fue grande. Me pregunté de dónde había venido, qué nubes y montañas había visitado. Lo imaginé feliz con su familia y amigos. Sé que cayó junto a mí para que yo contará una historia. Su última. Regresé a mi casa con dos palabras: Querido pájaro.”

Un libro maravilloso, con un toque poético que nos trasporta a ver aquellas cosas que no siempre vemos a simple vista, a entender que los viejos ( y los no tanto) que recuerdan su vida, la valoran y agradecen, nunca dejan de ser niños.

Los abuelos siempre nos enseñan algo maravilloso, nos enseñan otra forma de ver la vida y el mundo.

¡Gracias a los abuelos de mis hijos por ser los capitanes en sus vidas!

A los tesoros no se les busca, se les encuentra y siempre son extraordinarios.

Para todos aquellos abuelos y sus nietos.

¡Libro que no deben faltar en su biblioteca!

La biblioteca de Mari

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